viernes, 22 de julio de 2022

No entres dentro de ti para criticarte

 

No entres dentro de ti para criticarte o juzgar lo bueno o  lo malo en ti.  Entra dentro de ti para festejar el esplendor de tu ser.    

El esplendor de tu ser es especial, pues brilla con la Chispa Divina en ti.

La vida es un aprendizaje. Los errores que has cometido son algo natural y espontáneo que sirve para ayudarte a transformarte al corregirlos, al arrepentirte de ellos y enmendarlos.  Tu ego te engaña. No eres un ser perfecto. 

Estás evolucionando. Te conoces cuando te observas sin juicios y observas lo que no eres.  Ríete de ti mismo sin herirte.  No eres ni mejor ni peor que otros. Simplemente, eres tú.  Ámate cómo eres.  Eres un alma en evolución. Conéctate con el universo. Fluye.

Disfruta de tu vida en sus diferentes etapas.  Acéptala como es y mantente relajado, despierto pensando positivo mientras aprendes.

Si sientes que la vida y sus lecciones te ahogan: tranquilízate, busca estar en paz y siente dentro de ti el ritmo de la vida desde tu corazón palpitante. Respira profundo y siente tu ser viviente.  

La vida es un todo glorioso. Eleva tu corazón en profunda alabanza y agradecimiento. Expande tu conciencia hacia los reinos más altos de la realidad donde todo es perfecto, todo es Uno.

Llénate de alegría desde el amanecer y cuando lleguen momentos de tristeza y depresión te elevarás como un águila. Bendice este momento y espera el cambio mientras vuelas suavemente sobre todas las cosas llenándote de luz y mostrando el esplendor de tu ser.

Espera lo mejor. Siente que ha llegado y llénate de alegría con solo pensarlo. Así construyes tu vida, la moldeas para ser feliz. Siente que eres un ser exquisito y maravilloso


Soniai

martes, 19 de julio de 2022

El poder del Amor

 


Confía en la vida.  Aprende a elevarte.

A veces olvidamos que debemos dejar que todo fluya en armonía.  Tenemos que evolucionar con el universo.  Cada vez que respiramos nos  sentimos más sanos, pues, cada momento es nuevo y único. Es una oportunidad para aprender, cambiar y ser mejores.

Una inteligencia Superior todo lo creó lleno de Amor. Deja que el amor en ti te sane. Siente gratitud por todo lo bueno. Visualiza el mundo que deseas ver lleno de paz y prosperidad para todos.  Poco a poco irá mejorando.

Pide al  aire, al viento que se lleve todas las tristezas, todo lo que nos duele y que en su lugar quede un beso de alegría. Aire refresca nuestras vidas y ayúdanos a despertar en conciencia, sabiduría, paciencia, sanación, fe, liberación, perdón, amor incondicional y voluntad al bien.

Pide al agua que limpie las energías negativas que llenan a los seres humanos y que purifique nuestra existencia. Agua, saca las toxinas de nuestros cuerpos y llénalos de vida saludable.

Sol, que tu Fuego Sagrado purifique nuestra esencia, queme y transmute todo los temores y miedos.  Sol que nos llene tu luz divina, regeneradora, purificadora y armoniosa.

Tierra, abraza nuestro ser, perfuma nuestra existencia, guía nuestros pasos sobre tu lomo sagrado, nuestro hogar, y condúcenos hacia  nuestro verdadero ser.  Rompe en nosotros las programaciones negativas de lo que nos hicieron creer y que no nos permite evolucionar contigo.

Inhala lo bueno de pie sobre el lomo de la Tierra con tus raíces ancladas en ella.  La Tierra te empodera y serás feliz.  Exhala todo aquello que no  te deja avanzar.

Algún día extenderemos  nuestras  alas de luz y con ellas nuestros pies se elevarán  para poder abrazar el infinito.  Creceremos como árboles y elevaremos nuestras ramas llenas de sabiduría, amor y gratitud a los cuatro elementos.

Cada vez que agradecemos a la vida, ella nos da más motivos para vivir y agradecerle.

Soniai☼

 

 

 

miércoles, 13 de julio de 2022

Lección que nunca se olvida

 

En una esquina de mi terraza tengo una hamaca. Está guardada en una de los postes que sostienen el techo.  Algunos días de mucho calor, cuando mi cuerpo desea descansar, descuelgo mi hamaca del poste, la engancho y la disfruto.  Miro al cielo, cierro mis ojos y  me permito descansar con  su vaivén.

La hamaca es otro de los muebles que tenemos en casa  para el disfrute de nuestro cuerpo y nuestra alma. Nada mejor para cuando deseamos despegar los pies del suelo  para  dormitar allí tendidos. En ella mecemos el cansancio.  En ella relajamos nuestros cuerpos y cerramos los ojos para disfrutar de ese balanceo que nos permite soñar despiertos o dormidos.

 A  mis nietos y sobrinos les encanta que los suba a la hamaca.  Allí han  dormido sus cuerpecitos cansados de jugar.   Cuando los niños se encuentran alterados, nada mejor que una hamaca que los lleve por el aire en busca de sueños.  Pero, ojo con ellos   porque si se mecen muy fuerte podrían dar una vuelta y caer al suelo.

 Así le sucedió a mi sobrino Alejandro cuando tenía como seis años. Alto subía y luego bajaba. Y me gritaba: “Mira Tití que alto subo”. Hasta que de pronto la hamaca dio una vuelta para deshacerse de aquel intruso que la obligaba a sacudirse. Y ¡zas! Al suelo fue a tener… ¡”Caíste al piso como torta”, le dije sonriendo y los dos reímos hasta más no poder. Esa lección no la olvidó jamás.

Pasaron los años y un día mi sobrino Rafael Alejandro estuvo en mi casa con su hermanito menor Mauricio.  Alejandro (como solemos decirle) ya era todo un jovencito de  catorce años.  En la hamaca se mecía su hermanito Mauricio. “Yuuupi,” decía el pequeño. El también quería subir muy alto. Fue, entonces que escuché a Alejandro que le decía muy serio: “Te cuidado, ve suave porque puedes  caer al piso como torta“.

 Sorprendida sonreí al escucharlo, pues no pude evitar recordar aquel momento  que compartimos con mi vieja hamaca. 

Hay cosas tan sencillas que dejan en los chicos  lecciones inolvidables.

 Soniai

 

 

 

La noche se marchó ruborizada


La noche en Puerto Rico se ha vestido de luces  muy temprano.  En su negra cabellera ha puesto hermosos prendedores  de plata. El sol la  vio tan hermosa que se alejó a otros confines de la tierra para no opacar su belleza con su brillante luz.  Sabe que es imposible acercarse y tenerla,  por eso, desde lejos admira su belleza.

La noche orgullosa se pasea por los campos, por los montes, por los ríos de mi tierra. Su largo y negro traje se ha impregnado con el olor de la oscura floresta.  La Vía Láctea quiere adornar su cintura  y ha formado  una cinta  de luz que parpadea. Muy coqueta, la noche deambulará  tan bella que inspirará a pintores, fotógrafos, escritores y poetas.

La noche se ha sentado sobre las montañas de mi isla-patria  y su negro traje adornado de luces la cubre e ilumina.  ¡Qué encantadora está  paseándose allá sobre la Cordillera!

Cuando llega la noche, la orquesta de los grillos lisonjera,  la invita  a danzar.  El canto de los coquíes la invita a mecerse en el río  junto al croar de las ranas.  El viento, la rodea por la cintura parpadeante de estrellas y juntos bailan entrelazados  hasta el amanecer.

Al llegar la alborada, la noche en Puerto Rico se va desvistiendo para irse  a otros lugares.  A su regreso, el sol que asoma detrás del horizonte de mis montañas, la observa embelesado. Cuando la noche se percata del rubicundo fisgón se  sonroja  sobre el gris  mañanero del cielo de mi patria que se vuelve rojo como un flamboyán florido. 

La noche,  ruborizada al ver que el  sol  la observa a escondidas, se marcha emocionada y deja olvidado sobre el río La Plata su prendedor de estrellas.

 

        “En algún lugar algo increíble espera por ser descubierto” 

Sonia I.

 

Soniai

martes, 12 de julio de 2022

El beso de los albayaldes

Déjame que te cuente… que,  hace unos años recuerdo que compartí con la familia del esposo de mi hija mayor la cena de acción de gracias. Con la alegría de  nuestros hijos y nietos compartimos una hermosa tarde donde el clima y el paisaje nos homenajearon.

 Mi hija menor, que estaba entonces embarazada de su primer retoño, se antojó de unas hermosas toronjas que vio en el patio de los anfitriones.  Por temor a que le saliera un “orzuelo”… su esposo   la complacía en todo, emocionado  con su primer hijo. Con el permiso de los dueños bajó al patio a recoger unas cuantas toronjas. 

 Al asomarme por la ventana desde lo alto de la casa lo veo realizar la tarea. Cerca del toronjo vi un arbolito lleno de limones dulces que a mí me gustan demasiado, así que ni corta ni perezosa bajé hasta allá para recoger unos cuántos.

De camino de regreso a la casa se me ocurre llevarle dos toronjas  que vi en un árbol a  mi nieta Patricia porque le gusta que se las prepare como canastitas cubiertas con azúcar. 

 Para mi desgracia no fui advertida de que en aquel árbol había albayaldes (hormiguilla de color castaño claro cuya picada duele mucho) .  Las desgraciadas hormigas ignoraron a mi yerno cuando recogió algunas toronjas, mas no así a mí.  Aprovecharon el momento cuando agarré una de las hermosas frutas y saltaron sobre mí introduciéndose por el escote de mi blusa. 

 Con fiereza los atacantes hicieron fiesta entre mis pechos, los besaban con sus aguijones aquí y allá.  A los pocos minutos sentí que se me quemaban. No solté las toronjas y los limones dulces para que no se salieran con la suya, pero subí rápidamente por las escaleras.  No grité como lo deseaba porque estaba en casa ajena y había muchas personas de visita. 

Desesperadamente corrí al baño disimulando mi dolor. Una vez allí comencé a  despojarme rápidamente de la blusa y de los malvados intrusos  que mordisqueaban mis tesoros. El dolor iba en ascenso… ¡Ay Dios mío! mis pechos estaban enrojecidos e inflamados  y lo único que encontré para  apaciguar mi dolor fue agua fría

.Sacudí la ropa me la puse de nuevo y salí afuera.  Lamentablemente la dueña me dijo no le quedaba ni siquiera alcohol.  Así que me  fui a una farmacia que quedaba muy  cerca de la casa ( estaba abierta gracias a Dios) y compré un frasco de agua de Hammamelis (agua maravilla) y dos capsulas de Benadryl.  

De regreso, me encerré en el baño y  cubrí mis pechos con el agua maravilla que me refrescó y me tomé una Benadryl. Eso me alivió mucho.  Cuando se enteraron de lo ocurrido los presentes me decían: “Ay bendito” y reían. Cosas que pasan… Sé que no lo hacían por mal, debí de lucir de lo más graciosa en mi desespero, pero me dolía hasta el alma.  (Por supuesto, fui la única que no reí).

 Al ratito se me calmó un poco el dolor. Me quedé  y compartí el resto de la tarde porque eso no me impediría disfrutar de la grata compañía de personas que tanto quiero. Juntos dimos gracias por tantas cosas y al caer la noche regresé a casa ya que la comida y el efecto de las pastillas me produjeron sueño.

Antes de dormir me observé en el espejo y sobre mi enardecida piel vi las marcas rosadas que dejaron “los besos de los albayaldes”. Me temo que el picor me durará unos cuantos días. Sin embargo, a pesar de mi malestar, di gracias a Dios de que no picaron a los niños y que me escogieron a mí porque hubiera sido muy doloroso para ellos.

 Llenita de besos,

Sonia I

 


Cortina de lluvia

 


La tarde ha fruncido el ceño porque unas nubes grises han ocultado el sol.  Las golondrinas realizan la danza de la lluvia y revolotean de un lado a otro.  En un instante parece detenerse el tiempo a la espera de lo que está por suceder.  Los tambores celestiales anuncian la llegada del aguacero y el velo del paisaje se descorre para dar lugar a la cortina de lluvia que desciende suavemente sobre el campo de mi tierra.  La naturaleza vibra de emoción; árboles y plantas se estremecen de alegría cuando les acaricia la suave precipitación. 

 Es un instante maravilloso cuando los olores que emanan de la tierra recién mojada impregnan todo a su alrededor.  Los sonidos que se escuchan nos invitan a la quietud, al descanso y a muchos, quizá al sueño.  El coquí salta de su escondite, no se quiere perder esta fiesta y con su canto entona la sonata de la lluvia. Todo en derredor exhibe un brillo mágico, especial.

 Los charcos  invitan a los niños a saltar sobre ellos para chapotear al compás de sus risitas.  Las montañas lejanas se ponen en pinguinillas para no perderse la magia de este hermoso momento. Ríos saltarines recogen todos los diamantes que desde el cielo caen y que sus cauces pueden contener.  Una cortina de hilillos de seda y de plata cubre todo el paisaje de mi patria y es casi imposible ceder a la tentación de extender la mano para percibir su frescura mientras descubrimos si es real.

 El sol celoso de la lluvia, de pronto, empuja a unas nubes y comienza a escapar de su prisión, baila entre las gotas de lluvia que no pueden tocarle sin quedar hechizadas y desaparecer.  Las lame sediento y con sus dedos de luz comienza a descorrer la cortina de lluvia hasta arropar por completo el paisaje campestre con su manto de oro.  Ahora el colorido tiene un brillo especial.       

¡Qué banquete de colores por aquí y por allá!  Huele a barro, a pacholí, a hierbabuena, a perfume de flores, a montes y a sol.  Poco a poco se vuelve a calentar la tierra con el trino de los pájaros. Se acalla el coquí, las hojas danzan con el sol y se enredan entre aromas del terruño. ¡Qué fantástico despliegue de verde, amarillo, marrón, rojo, azul y blanco! ¡Se aleja la lluvia!

Soniai☼


Sabiduría interior

 


Deja  que las cosas se derrumben. Suelta y confía.  Muchas veces el universo bondadosamente  lo permite aunque nuestro ego no lo entienda. Lo importante es mantenerte en Paz.

Deja que la gente se enoje, te critique, se aleje…total somos seres tan diferentes y su reacción no es tu problema.  Mantente en Paz.

Deja que todo se derrumbe y no te preocupes por el después.  Todo es un constante ir y venir, tomar  y soltar, nacer y morir. Aprende sabiamente de la naturaleza, de las olas del mar en su eterno vaivén, del movimiento de los planetas alrededor del sol, del sistema solar a través de la galaxia.

Aprende de ti mismo, de tu respiración… Mantente en paz.

Lo que está destinado a irse, se irá.   Lo que se va deja un espacio para algo nuevo. Lo que está destinado a quedarse, se quedará. Tenlo presente. Mantente en paz.

Deja que floreza lo que tiene que florecer. Deja que las hojas secas caigan. Otras nacerán en su lugar.  Deja que la vida continúe . Mantente en Paz.

Deja que todo se derrumbe si así a de ser. Deja que ocurra lo que debe suceder. Nada es estático en el universo.  Somos el universo, somos parte de él. Así que has lo tuyo, sé y mantente en paz.

Soniai☼